lunes, 16 de enero de 2012

Philippe de Beaumanoir: Once fatrasías

Philippe de Remi, señor de Beaumanoir, nació en la primera mitad del siglo XIII en los alrededores de Beauvais o en Lorris-en-Gâtinais. Recientes trabajos históricos han demostrado que el novelista y poeta Philippe de Remi no debe ser confundido con su hijo Philippe de Beaumanoir, autor de una obra jurídica monumental, admirada por Montesquieu: Costumbres del país de Beauvais, escrita hacia 1283. Nuestro poeta, pues, pertenecía a una familia de militares y juristas. En su juventud, viajó por Escocia e Inglaterra. Escribió alrededor de veinte mil versos, entre los cuales sus célébres fatrasías que hacen de él el padre espiritual de Edward Lear y de Alphonse Allais.


Fatrasies

I

Li chan d'une raine
Saine une balaine
Ou fons de la mer,
Et une seraine
Si emportoit Saine
Deseur Saint Omer;
Uns muiau i vint chanter
Sans mot dire a haute alaine.
Se ne fust Warnaviler,
Noié fuissent en le vaine
D'une teste de sengler.

II

Li piés d'un sueron
Feri un lyon
Si k'il le navra.
La moule d'un jon
A pris un limon
Ki s'en courecha;
Mauvais laron le clama.
Es vous le bech d'un frion
Qui si bien les desmella
Que la pene d'un oison
Trestout Paris emporta.

III

Je vis toute mer
Sur tere assambler
Pour faire un tournoi,
Et pois a piler
Sur un chat monter
Firent notre roi.
Atant vint je ne sai quoi
Qui Calais et Saint Omer
Prist est mist en un espoi,
Si les a fait reculer
Deseur le Mont Saint Elai.

IV

Uns grans herens sors
Eut assis Gisors
D'une part et d'autre,
Et dui homes mors
Vinrent a esfors
Portant une porte;
Ne fust une vielle torte
Qui ala criant: "Ahors!"
Li cris d'une quaille morte
Les eüst pris a esfors
Dessous un capel de fautre.

V

Li cras d'un poulet
Menja au brouet
Pont et Verberie.
Li bes d'un coket
emportoit sans plet
Toute Normendie.
Et une plume pourie,
Qui a feru d'un maillet
Paris et Romme et Surie,
Si en fist un gibelet;
Nus n'en menjut qui ne rie.

VI

Uns des estourdis
Portoit Saint Denis
Parmi Mondidier,
Et une pertris
Traïnoit Paris
Deseur Saint Richier.
Es vous le piet d'un plouvier
Sur le clokier de Saint Lis,
Qui si hau prist a crier
Que il a tous estourdis
Les bourgeois de Monpellier.

VII

Une grant vendoise
Entraïnoit Oise
Deseure un haut mont,
Et une viés moise
Deseure une toise
Emporta Hautmont.
Une espane de roönt
Quarante muis de blé poise
Sur le castel de Clermont,
Si c'une flestre jorroise
Ensöoula tout le mont.

VIII

Quatorze vies frains
Aporterent rains
Pour faire un estour
Encontre deus nains,
Qui eurent es mains
La bouce d'un four,
Si en eurent le millour,
Pour çou que carbons estains
Leur geterent tout entour,
Si k'il eurent ars les rains
Sur le pumel d'une tour.

IX

Li chiés d'une trelle
Par nuit se resvelle
Pour pestrir pastés,
Et une corneille
Prist une corbelle;
Ce fu foletés,
Car dix-neuf vaissiaus d'és
Coururent a la mervelle;
Ja i eüst cox donnés,
Quant une chaloreille
D'un baston les a sevrés.

X

Une viés kemise
Eut s'entente mise
A savoir plaidier,
Et une cerise
S'est devant li mise
Pour li laidengier;
Ne fust une viés cuillier
Qui s'alaine avoit reprise,
S'i aportoit un vivier,
Toute l'iauwe de Tamise
Fust entree en un panier.

XI

Sornais et Ressons
Vinrent a Soissons
Prendre Boulenois,
Et troi mort taöns
Parmi trois flaöns
Mengierent François;
Atant i vint Aucerrois
Acourant en deus poçons,
Si que Chäalons et Blois
S'enfuïrent dus'a Mons
En Henau par Orelois.


Fatrasías

I

El canto de una rana
Desangra una ballena
En el fondo del mar,
Y una sirena
Se llevaba el Sena
Arriba de San Omer.
Allí un mudo vino a cantar
Sin proferir palabra en alta voz:
Si no fuese por Warnaviler
Se hubiesen ahogado en la vena
De la cabeza de un jabalí.

II
El pie de una mosquita
Golpeó tanto a un león
Que al fin lo lastimó.
La médula de un junco
Ha tomado un limón
Que se encolerizó;
Lo proclamó irredento ladrón.
He aquí de un pajarito el pico
Que tan bien los separó
Que la pluma de un gansito
Todo París consigo se llevó.

III
He visto toda la mar
Juntarse en tierra
Para hacer un torneo,
Y piedras de moler
Hicieron sobre un gato
Subir a nuestro rey.
Entonces vino no sé quién
Que se adueñó de Calais y San Omer
Y en el espiedo los puso,
Es así como en el monte de San Elías
Los hicieron retroceder.

IV
Un gran arenque ahumado
Puso sitio a Gisors
De un lado y del otro lado,
Y dos hombres muertos
Con toda su fuerza vinieron
Trayendo une puerta;
Sin una vieja torcida
Que gritaba: "Afuera",
El grito de una perdiz muerta
Rápidamente los hubiese atrapado
Bajo un sombrero de fieltro.

V
La parte grasa de un pollo
Se comió en el puchero
A Puente y a Verbería.
El pico de un gallito
Se llevaba sin alegato
Toda la Normandía.
Y una manzana podrida
Que golpeó con un martillo
Siria y Roma y París
Hizo con ello un guisado
que nadie comió sin reír.

VI
Un dado atolondrado
Llevaba San Dionisio
En medio de Montdidier,
Y una perdiz
Arrastraba París
Sobre San Riquier.
He aquí de un pájaro el pie
Sobre el campanario de San Lis
Que se puso a gritar tan fuerte
Que nos aturdió a todos
Los burgueses de Montpellier.

VII
Un gran pez
Arrastraba el río Oise
Sobre un alto monte,
Y un viejo barril
Encima de una teja
Lo dejó a Hautmont.
Una medida de trapos pesa tanto
Como cuarenta medidas de trigo
Encima del castillo de Clermont,
Tanto que una ciruela vieja venida
De Jouarre a todos emborrachó.

VIII
Catorce frenos viejos
Trajeron unas ramas
Para hacer un torneo
En contra de dos enanos,
Y la boca tuvieron
De un horno entre las manos;
Así fue como lo mejor tuvieron,
Porque alrededor les echaron
Carbones apagados,
Tanto que en lo alto de una torre
Los riñones se les quemaron.

IX
La cabeza de una viña
Se despierta en la noche
Para amasar patés,
Y una corneja
Agarró una canasta:
Eso fue una locura ya que
Diecinueve colmenas de abejas
Fueron a ver la maravilla:
Ya se venían a las manos
Cuando una caldera
Las separó con un bastón.

X
Una vieja camisa
Se había empeñado
En saber pleitear,
Y una cereza
Delante de ella se puso
Para insultarla.
Si no fuese por una cuchara vieja
Que había vuelto a tomar aliento
Y que traía un vivero
Toda el agua del Támesis
Hubiese entrado en una cesta.

XI
Tontería y razón
Vinieron a Soissons
Para adueñarse del Boulonnais,
Y tres tábanos muertos
Entre tres flanes
Se comieron a los franceses.
Entonces vino el de Auxerre
Llegando en tres cucharones
Tanto que Blois y Chalons
Dispararon hasta Mons
Por las tierras de Orleáns, en Hainaut.

Traducción de Miguel Ángel Frontán.